Sociólogo inglés, desarrolla la idea de una Ética Romántica que mueve el consumo (Campbell, 1995). Entiende que hemos dejado atrás la ética del capitalismo, que promovía la disciplina y la cultura del esfuerzo, para adoptar las emociones, el deseo y la ilusión propias del romanticismo. Así, Campbell afirma que los consumidores viven en un bucle infinito: la ética romántica los mueve a satisfacer su ilusión y su necesidad de autenticidad con las compras; cuando compran, la novedad se desvanece rápidamente, y volvemos a sentir la necesidad de comprar. Hablaremos de Campbell, y del deseo, en el tema 9.